ASEDEME4

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lunes, 30 de diciembre de 2013

MEDIACIÓN PENAL II. Bárbara San Pedro.

Mediación Penal II

Las víctimas, como cualquiera que pasa por un proceso complicado, necesita para procesar su dolor una serie de respuestas, entre ellas saber por qué lo hizo el infractor o que sintió…. Solo a partir de ahí será capaz de recorrer su camino interior y darse cuenta de que necesita perdonar y no por el bien del preso, sino por su propio bienestar, porque el perdón es liberador.

            La víctima como dijimos es lo más importante, pero no lo único, el infractor a través de la mediación debe llegar a responsabilizarse de sus propias acciones y de sus consecuencias, cosa que no ocurre en un proceso judicial penal.

El delincuente puede compensar y reparar con su esfuerzo personal a la víctima, y participar activamente en el proceso de resolución del conflicto, hacerse cargo de los efectos causados por su comportamiento, esto favorece su compromiso en el cumplimiento de lo pactado igual que en cualquier otra mediación y desde luego facilita su posibilidad de incorporarse nuevamente a la Sociedad, no olvidemos que el fin último de la sanción penal es la reinserción del delincuente. 

Se acaba con el propósito equivocado de que el delincuente salga de la circulación, ello facilitara su posterior reinserción social y todos saldremos beneficiados.

 

Mediar no es más que intentar comprender desde qué punto de vista, desde qué perspectiva una persona contempla la realidad, desde dónde actúa y lograr trasmitírsela a la otra parte para que alcancen una situación distinta y satisfactoria para ambos.

Cuando creemos que  nuestro punto de vista es una verdad irrefutable y sólo tenemos acceso a un punto de vista y no a la realidad en su conjunto y menos a la que contempla la otra parte, nos estancamos y empobrecemos, salimos perdiendo. Sin embargo, si queremos avanzar y comprender, necesitamos preguntar y escuchar.  Es una forma de estar en la vida. Debemos elegir si queremos construir o destruir.

 

sábado, 21 de diciembre de 2013

MEDIACIÓN PENAL. I

BÁRBARA SAN PEDRO
 
RESPUESTA EVOLUCIONADA AL CRIMEN.-

 
La mediación penal es un hecho controvertido. Efectivamente tiene adeptos y detractores. Parece que todos entendemos que  se puedan mediar asuntos muy complejos pero no tanto los penales. ¿Y por qué no? No es algo descabellado, en realidad un estado no debería diseñarse sobre la voluntad UNICA de castigar. Habrá asuntos irresolubles, pero ¿ganamos algo con los que se puedan resolver? 

La mediación penal es una filosofía positiva y muy beneficiosa, primero para las víctimas y después, solo después, para el infractor; se trata de trabajar por y para las víctimas y si luego conseguimos que los infractores no vuelvan a delinquir y asuman su responsabilidad, todos ganamos.


Es cierto que la mediación penal no puede reemplazar o desplazar los actuales sistemas de justicia penal, pero si sumar o complementar un sistema de justicia, que muchas veces tiene poco de justo, al dejar fuera uno de los ejes centrales del conflicto, las partes. Los tribunales no dan respuesta estos conflictos, están sobrecargados y deshumanizan a victima e infractor. Por otro lado, la mediación penal permite a las partes participar activamente. 

Si la mediación en general tiene por objeto la mejora de la comunicación y el alcance de acuerdos, la mediación penal se justifica y tiene su objetivo en que la víctima se vea resarcida de los daños sufridos, ya sean materiales o morales, a través del dialogo que se produce entre victima e infractor. Por ello  es fundamental ofrecer a la victima un espacio seguro para poder expresarse y sentirse respetado y ser asistido por un tercero neutro que garantice el equilibrio y dirija el proceso adecuadamente. 

El objetivo es alcanzar la protección y sanación de la víctima, la responsabilidad del infractor y la reparación de las perdidas, conseguir que a través del dialogo el otro se recobre al compartir su dolor y conseguir el arrepentimiento.

 

 

 

jueves, 12 de diciembre de 2013

LA CRISIS: UNA OPORTUNIDAD PARA LA MEDIACIÓN

Carmen Menéndez.

Desde el año 2008 hemos escuchado continuamente que la crisis hay que entenderla como una oportunidad. Muchas veces, este planteamiento no deja de ser una mera llamada al optimismo. Pero otras, probablemente las menos, no deja de ser una gran verdad. En este sentido, muchas organizaciones entienden que si quieren conseguir resultados distintos deben recorrer caminos diferentes y explorar nuevas vías que les permitan obtener ventaja competitiva cuando el camino de la normalización económica termine.

En este sentido, la incorporación de la Mediación como herramienta de gestión puede ser un interesante componente dentro de este proceso de cambio que las empresas deben ir asumiendo de cara a aumentar su competitividad.

Así, los primeros pasos que las organizaciones están realizando en el uso de la Mediación se están encaminando en las siguientes direcciones:

La primera es la incorporación paulatina de la figura del mediador en los departamentos de atención al cliente. Una de las consecuencias de la crisis es el aumento del grado de supervisión por parte de las autoridades respecto a la relación comercial entre clientes y empresas. Después de la crisis ya nada será igual en la relación con los clientes cuya desconfianza ha aumentado exponencialmente. De esta forma,  en determinados sectores, el peso creciente de las asociaciones de consumidores como vehículo de presión está condicionando dicha relación. No cabe ninguna duda que los conflictos generados entre organizaciones y clientes requieren de una actuación diferente que facilite el entendimiento y que, sobre todo, redunde en beneficio de todos: clientes, empresas y sociedad.

La segunda oportunidad de cambio tiene una visión interna. Las relaciones dentro de las compañías han cambiado sustancialmente. Los recortes de empleo, la presión para obtener resultados, las rebajas salariales… han condicionado enormemente las relaciones laborales dentro de las empresas, creando un caldo de cultivo que propicia la aparición continua de conflictos. La Mediación como herramienta de gestión de recursos humanos está jugando un papel cada vez más importante dentro de las organizaciones. Las empresas deben entender que la naturaleza de los conflictos y la situación de los protagonistas son tan diferentes que no es suficiente con las tradicionales formas de gestión de los problemas. Hoy se requiere una actuación institucional por parte de las organizaciones mucho más estructurada y operativa, con formas de hacer diferentes ante problemas y situaciones nuevas.

Es cierto que los planteamientos que proponemos requieren de una gran madurez por parte de los gestores de las empresas…. Pero no es menos cierto que aquellos que están dando el primer paso ya se están diferenciando… y ser diferente es uno de los ingredientes de la competitividad….

miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL RETO DE LA MEDIACIÓN.

Teresa Padilla.

Tenemos con nosotros el reto de conseguir que la mediación supere sus obstáculos y llegue a ser ese procedimiento mediante el cual se puede resolver todo tipo de conflictos que surjan en  nuestra sociedad. Un procedimiento que supone un cambio de cultura, de paradigma, que es la cultura de la paz.

Donde la persona que guía dicho procedimiento, el mediador, debe empaparse de esa cultura de paz, trabajando con la convicción  de que con la mediación se pueden conseguir muchas cosas, aplicando las técnicas y habilidades de la misma y trasmitiendo su confianza y seguridad en el procedimiento a toda persona que tenga un conflicto.

Haciendo las cosas bien.

Contagiando a las partes, en esa actitud de confianza y seguridad en el procedimiento de mediación como cauce para conseguir solucionar sus problemas, donde las partes, como dueños de sus problemas también son los dueños de la solución. Solución que pueden conseguir a través de un acuerdo en mediación, si ambas partes así lo consideran de manera voluntaria y ajustada a sus necesidades e intereses, con el sólo hecho de participar y cooperar activamente en el procedimiento, acompañados por un tercero neutral e imparcial.

A su vez, hay que promover y fomentar esta manera nueva e innovadora de resolver los conflictos, en la cuál todos ganan, donde se produce un menor desgaste emocional, y el tiempo empleado en su resolución, así como el gasto económico también son menores.

El fomento de la mediación y su regulación es un compromiso que ha de ser asumido por todos los que en ella creemos.

Pero es fundamental, que desde las instituciones públicas implicadas, se dé publicidad y se haga un mayor esfuerzo para que la mediación ocupe su lugar como forma de resolver los conflictos.

Sigamos retándonos, conseguiremos que la mediación lleve por buen camino nuestras disputas.