Hoy me apetecía
exponer un cuento para reflexionar sobre los malentendidos en las relaciones y
la mala comunicación que en tantas ocasiones generan conflictos.
Marta de la Cruz Calandria.
EL
PUENTE
No hace mucho tiempo, dos hermanos
que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto.
Este fue el primer problema serio
que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo
maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua.
Esta larga y beneficiosa
colaboración terminó repentinamente.
Comenzó con un pequeño malentendido
y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido
de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta
de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de
carpintero.
- "Estoy buscando trabajo por
unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas
reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".
- "Sí", dijo el mayor de
los hermanos, tengo un trabajo para usted.
Mire al otro lado del arroyo, en
aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.
La semana pasada había una hermosa
pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara
entre nosotros. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer
una mejor.
¿Ve usted aquella pila de desechos
de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de
alto, no quiero verlo nunca más.
El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho”.
El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho”.
El hermano mayor le ayudó al
carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día
para ir por provisiones al pueblo.
El carpintero trabajó duro midiendo,
cortando y clavando.
Cerca del ocaso, cuando el granjero
regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos
completamente abiertos, su boca abierta.
No había ninguna cerca de dos
metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del
arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su
hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo: -
"Eres un gran tipo, que gran persona, mira que construir este hermoso
puente después de lo que he hecho y dicho".
Estaban en su reconciliación los dos
hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. - "No,
espera". "Quédate unos cuantos días, tengo muchos proyectos para
ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.
"Me gustaría quedarme",
dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".
Anónimo