La empresa en cuestión,
rechazó concederle ese turno y le ofreció la rotación de mañanas y tardes de
lunes a sábado.
Raquel, decidió entonces ir
a los Tribunales.
La sentencia en Primera Instancia
fue desfavorable, por lo que elevó el caso al Tribunal Constitucional que
concedió el amparo a Raquel y el caso volvió a Primera Instancia, donde se
volvió a dictar sentencia desfavorable, por lo que está recurrió de nuevo al
Tribunal Constitucional.
Diez
años más tarde de que diera comienzo este proceso, el Tribunal de Estrasburgo dicta sentencia
condenando al Estado español a indemnizar a Raquel con 16.000€ por violar el
derecho de una madre a la jornada reducida (Sentencia Tribunal Europeo de Derechos
Humanos num. 38285/2009 19-02-2013)
¿Perseguía Raquel una
indemnización, la pérdida de tiempo en los Tribunales, reuniones con abogados, o
la generación de conflictos en su lugar de trabajo?
¿Perseguía la Gran
Superficie generar dicho conflicto, y crear un ambiente de trabajo que
seguramente no solo influyó a la trabajadora en cuestión? ¿Buscaba que el
nombre de la empresa estuviera en boca de la opinión pública?
A día de hoy, seguimos
recurriendo al procedimiento judicial para solucionar cualquier conflicto,
seguramente por desconocimiento del resto de métodos alternativos para
resolverlos, por la falta de información, o
por la falta de asesoramiento.
Está claro, que la mediación
no es la panacea, no es un método que sirva para dar solución a cualquier
conflicto, pero considero, que en este caso, por ejemplo, podría haberse
intentado, para buscar una solución más rápida, no olvidemos, que a Raquel le llegó la resolución
que ella no buscaba cuando su hija,
ya había superado la edad máxima para solicitar dicho derecho, y perdió la
oportunidad de disfrutar de ellas, que era lo que realmente quería, para mantener un buen ambiente laboral,
para mantener una buena, o al menos cordial comunicación y sobre
todo, tener la posibilidad de llegar a una acuerdo, con el que ambas partes
estuvieran conformes.
Creo que es muy importante
difundir las diferentes vías que tenemos,
tanto personas físicas, como jurídicas, para resolver conflictos y
utilizarlas, cuando el caso así lo requiera.
Todos los ciudadanos tenemos
derecho a una tutela judicial efectiva y no olvidemos que ese derecho siempre
estará ahí, pero agotemos las vías alternativas para intentar al menos, que el
camino para la resolución de nuestros conflictos sea más favorable para todos.
Entre todos, difundamos la
Mediación.